Experiencia SVE en Chipre de XiraSiempre me había arrepentido de no haber aprovechado la oportunidad que los estudios universitarios te brindan para hacer un Erasmus y, con 28 años, Adefis Juventud Internacional me dio esa opción.
Mi nombre es Xira Valdés y soy una periodista inquieta a la que, como muchos jóvenes, le encanta viajar y descubrir nuevas culturas. Ese fue el impulso que me llevó a vivir una experiencia inolvidable en Chipre. A mi llegada al país que representa la frontera este de Europa, concretamente a Limasol, la segunda ciudad más importante de la isla después de Nicosia –la capital-, no sabía cuántos momentos tenía por delante. El hogar que supondría KEY NGO durante los seis meses que duraría mi EVS. KEY, una asociación cultural, que busca dinamizar la cultura local, dándoles a los jóvenes la oportunidad de disfrutar de distintas actividades de forma gratuita, fue la que me abrió las puertas a aprender a enseñar español o a programar actividades tan diversas como días de limpieza de la naturaleza o noches de cine fórum o poesía. Por las mañanas, nuestra tarea se reducía a ayudar en el almacén social que proveía de ropa y alimentos a quienes más lo necesitaban en la ciudad. Por las tardes, dependiendo del día, radio, cine o noche intercultural. Más allá de la experiencia que supone entrar en una asociación en un país que no es el tuyo, con un idioma que en principio manejas en un nivel de lo más básico –inglés, en mi caso-, lo más reseñable es –como casi siempre- la gente que te acompaña en esa nueva aventura. En nuestro caso, tuvimos la suerte de coincidir con muchísimos Erasmus que venían a distintas asociaciones desde todas las esquinas de Europa pero, además, de ser acogidos entre la población local como si hubiéramos vivido allí toda la vida. Los viajes de punta a punta de la isla, las playas casi paradisiacas y las noches de acampada en la montaña coparon nuestro tiempo libre la mayor parte de las veces. Y cuando te vas, no sabes muy bien lo que esperas de lo que está por venir, yo trataba de no esperar nada y dejar que la experiencia me sorprendiera, pero cuando entras en la cuenta atrás para volver a casa y empiezas a hacer balance, te das cuenta de que has crecido, de lo mucho que dan de sí seis meses si los sabes aprovechar y de que, aunque un tiempo atrás llegabas “con la maleta vacía” y sin expectativas, vuelves al hogar “con la maleta llena” y con las expectativas que no te |